miércoles, 2 de abril de 2014

CALIGRAMES







Adrià Fijo i Francisco Aguilar. 2n ESO A



 Ivet Merchán 2n ESO B i Alba Molina 2n ESO C




Berta Rull 2n ESO C i Cristina Burgos 2n ESO A



Pol Castellano 2n ESO B i Alberto Sánchez 2n ESO C 


Diana Pérez 2n ESO B

Ferran Majadas 2n ESO A



Carla Roldan 2n ESO B

Laura Solano 2n ESO C

Maestro por un día



MAESTRO POR UN DÍA

Es viernes, son las siete en punto de la mañana, como de costumbre suena el agobiante ruidito de un despertador, sobresaltada por este me decido a levantarme de la cama, me sentía distinta a otros días, pero al ser viernes pensé que era normal que el cansancio me pesara más de lo habitual.

Fui al cuarto de baño, sin más preámbulos me duché rápidamente, al salir de la ducha miré el reloj, solamente me quedaba un cuarto de hora.
Todo en casa era muy extraño nada estaba donde tenía que estar y no sabía qué hacer, me estaba volviendo loca, ¿o tal vez era un sueño bastante real?
Al salir de la ducha me miré al espejo, no era la de siempre, me sobresalté, era la viva imagen de mi profesora, me empecé a preguntar muchísimas cosas, todas alrededor de una sola pregunta. ¿Qué había pasado?
Mi oficio ideal era ser profesora, sí, pero no de esta manera, pensé que a pesar de todo debía seguir con mi rutina y presentarme en el colegio como si nada, dejar que el día pasase y después ya se vería qué hacer con este tema.

Mi profesora tenía coche, pero debido a mi corta edad real, pensé que para mi salud y para la de los demás peatones sería más conveniente que cogiera el autobús para llegar a mi lugar de trabajo provisional. Al llegar, todo funcionaba con total normalidad, la normalidad con la que se puede mirar desde el punto de vista de alguien que ha cambiado de cuerpo y ahora era otra persona físicamente, pero ella misma en espíritu. Al entrar por la puerta me di cuenta que si realmente era mi propia profesora debía ir a dar clase a mis propios compañeros. Estaba nerviosa, no sabía qué hacer, dar una clase es mucho más difícil de lo que parece, gracias a dios hoy teníamos examen de álgebra y únicamente debía repartir los exámenes y explicar las dudas a los niños que lo necesitaran, se me daba bastante bien ese tema así que no tuve dificultad para explicarles lo que no entendían. Tras esa clase el día fue bastante tranquilo, no había mucho que hacer ya que tercero y cuarto aquel mismo día tenían una excursión, mi único trabajo fue, a primera hora como ya he comentado explicar dudas y solamente me quedaba la media hora  de patio que a mi profesora, es decir a mí, me tocaba hacer guardia, en aquella media hora me sorprendió algo, mi yo físico se me acercó y me preguntó quién era, solamente con esas sutiles palabras que salieron de mi propia boca, por así decirlo me di cuenta que la que realmente estaba hablando era mi profesora, a la que llevaba un día “imitando”.
Me sorprendió mucho aquello, al acabar la mañana ambas decidimos hablar a escondidas de toda la muchedumbre del colegio; así que quedamos en la esquina del callejón para discutirlo.
Llegamos a la conclusión que las dos necesitábamos saber cómo era realmente ponerse una en el lugar de la otra y que realmente tanto ser mayor como ser una pequeña alumna era complicado.
Tras acabar esa conversación hubo un momento incómodo en el que las dos nos abrazamos, fue raro, ya que no es muy normal que una profesora y una alumna de esta se demuestren cariño mutuamente, pero está claro que tanto una como la otra necesitábamos ese abrazo, ya fuese como despedida o para tener la opción de volver a nuestros respectivos cuerpos otra vez.Sí tras ese abrazo las dos nos volvimos a cambiar.
Aún a día de hoy, cada vez que nos cruzamos ambas sabemos en lo que estamos pensando, cada vez que nos vemos sabemos lo que estamos pasando cada una, por mucho que todos crean que ser profesora es fácil, hay momentos, por duros que sea hacer deberes o aplicarse en los exámenes que todo lo que hacen es por nuestro bien, y se tiene que pensar que tampoco es fácil saber como explicar dudas, como controlar a treinta niños y niñas para que te escuchen y aprendan de lo que les estás inculcando, como aconsejar sobre la vida misma.
A veces a los profesores únicamente los catalogamos por su profesión y nos olvidamos del ser humano que llevan dentro que en muchas ocasiones nos sirve de gran ayuda.

                                 
                                                                              Diana Pérez 2n ESO B

Maestra por un día

Por fin me han concedido mi gran ilusión, ser maestra por un día.
Lo que yo pienso es que todos los alumnos me harán caso, y que no tendré que hacer deberes ya que de pequeña nos pasábamos el día trabajando, haciendo deberes, aburriéndonos, y no nos dejaban hacer nada!
Al entrar una joven me acompañó a mi aula correspondiente, la materia que me tocaba era sociales. Todos estaban atentos mirando como entraba una nueva profesora a la clase, me sentí un poco intimidada ya que todos los ojos tenían dirección hacia mi.

Me presenté, y les pedí que dijeran sus nombres para hacerme una idea de cómo se llamaba cada uno, todo iba genial hasta que comencé a explicar la primera lección, me parecía aburrida hasta a mí, hablaba sobre la revolución francesa, pensé hacia mis adentros: que aburrimiento, fue entonces cuando entró una profesora que me trajo un montón de papeles, había por lo menos 80 hojas, le pregunté qué era y me explicó que eran exámenes que tenía que corregir sobre la lección que estaba explicando.

 Cuando acabé con mis alumnos me puse a corregir, ¡Yo que pensaba que no tendría que hacer nada!
Mi idea sobre los alumnos cambió de repente cuando se pusieron a gritar como locos tirando papeles, que esperaba ¡tienen 14 años! Empecé a sentirme como creo que se sentían mis profesoras cuando nos poníamos así en clase, debíamos ser realmente insoportables, por fin las entiendo ¡pobres de ellas y pobre de mí!

Por fin aquella clase había terminado de una vez, una miserable hora convertida en un año para mí, realmente no quiero volver a ser profesora.

                                             Carla Roldan 2n ESO B



Maestro por un día

Si yo fuera maestro, lo sería de matemáticas porque ahora me gustan bastante.
 Intentaría explicar las cosas de una forma que a mis alumnos les guste mi manera de dar clase y no quedar como un profesor aburrido al que nadie le gusta hacer clase con él.
Y cuando acabáramos el temario, si no tenemos nada mejor que hacer, haría juegos y cosas divertidas siempre que no haya nada que hacer.
Lo que nunca haría es tratar de fastidiar al alumno con controles sorpresa o con cosas completamente inútiles, haría explicaciones con preguntas intercaladas para que la gente no se durmiera ni desconectara. También daría pequeños premios por responder bien, por ejemplo: por cada cinco preguntas respondidas bien un positivo y por cada cuatro respondidas mal un negativo.
Yo no pondría demasiados deberes ya que la mayoría los intentaría hacer en clase y si no los podemos acabar entonces si que los pondría de deberes, pero en esa ocasión no pondría demasiados ejercicios, sobretodo si hay exámenes o globales.
Yo odiaría que me hablasen de una manera formal, preferiría que me hablasen como a un amigo.
Pero sobretodo nunca le cogería manía a ningún alumno y trataría que ningún alumno me cogiera manía a mí.   

                                                                   David Roman 2n ESO C
MAESTRO POR UN DIA


Hoy, 14 de marzo, era un día diferente a los demás porque tenía una entrevista en una universidad para hacer de profesor de mates de los Estados Unidos. Es decir que si me cogían me tenía que ir del país pero la entrevista me la hacían en mi ciudad, cerca de mi casa
Me desperté a las 6 de la mañana, me duché  y almorcé una barra de pan, con jamón serrano dentro. Al acabar de almorzar me fui ha hacer la cama.
Cuando finalicé las tareas de casa me fui directo a la entrevista.
Estaba muy nervioso para  ver si me cogían. Al cabo de 5 minutos de caminar, llegué a la puerta de la oficina donde habíamos quedado.
Me encontré con el señor Harrinson, un hombre bastante alto, (un metro 85) ,con gafas, calvo y muy simpático.
Nos saludamos y entramos para una sala. Allí dentro, hablamos sobre el trabajo, le entregué mi curriculum y se lo leyó pausadamente. Al acabar de leérselo me estuvo haciendo un buen rato unas preguntas sobre dónde había trabajado antes, como me habían tratado, si estaba a gusto…
Al final de  la entrevista le pregunté que cuánto me pagarían. Acabé la entrevista y estuve muy contento.
Pasaron dos semanas y el señor Harrinson me llamó para decirme que le había gustado mucho, que me contrataban. Fue un momento muy emocionante para mí.
Como que me habían cogido, quería decir que me tenía que ir a Estados Unidos.
La conversa que tuvimos por teléfono me dijo que en dos semanas tenía el vuelo para irme.

Me fui, y estuve 30 años en ese colegio porque me gustaba mucho y  mi jefe estaba muy contento conmigo

                                                                Ferran Majadas 2n ESO A


MAESTRO POR UN DÍA

Riing, riing, sonó el despertador aquel día como cualquier otro, eran las siete de la mañana y yo, como de costumbre sin ganas de levantarme, pero era mi obligación.

Yo era un profesor de secundaria, y daba clases a los niños de segundo de la ESO, mi asignatura era enseñarles castellano a mis alumnos, unos muy despistados, otros muy atentos y la mayoría que no paraban de hablar.

Así que cogí el coche y rumbo hacia el instituto, a primera hora me p tocaba a los niños del B, todo el día despistados y sin hacerme caso a nada.

Como siempre iba muy desilusionado. En esa clase mandé deberes el día anterior y como siempre muchos no los tenían hechos, una montaña de agendas para poner notas, que palo…

Ya no tenía más clases hasta después del patio, por lo menos descansaría de esos niños que me ponen de los nervios, pero esto no había acabado ahí, después del patio tenía que ir al C, donde pasaban  de todo. Ese día fue muy raro todos habían hecho los deberes y ninguno hablaba más de la cuenta, que raro…

Llegó el mediodía, comí, y volví al colegio, esto si que sería lo peor clase con el A…, Comenzó la clase, empecé a explicar cosas sobre la poesía, comencé a copiar un poema en la pizarra, y de repente noto algo que me golpeaba mi espalda, era un avión de papel, con unas letras grandes que ponían, el profesor es un plasta, yo me cabreé y dije quien haya sido que se levante o toda la clase será castigada por su culpa, nadie se levantó y dije, muy bien para mañana quiero que todos copiéis mil veces no volveré a tirar un avión de papel al profesor.
Todos quejándose, y diciendo, que salga quien haya sido!, y vi a un niño, muy chulito, el más chulo de la clase, por su cara ya supe que había sido él, le dije oye Fernando dos mil veces me copiarás, soy un niñato, y no le tiraré más aviones de papel al profesor. Ese día me quedé muy satisfecho, por haber cogido quien había sido y que se llevase un buen castigo.



                                                                                Pol Castellano        2n ESO B


MAESTRO POR UN DIA

Si yo fuera maestro por un día, no me gustaría ser tutor, antes preferiría ser profesor de tecnología, porque me gusta la tecnología y si me esfuerzo podría explicar el tema muy bien.
A mi me daría igual que los alumnos comiesen chicles o caramelos en clase, es que no entiendo porqué está prohibido.
Y me gustaría ser ese tipo de profesor que no da broncas y  ser bromista, porque no me gusta estar siempre soltando broncas a los alumnos, pero creo que hay algunos que se lo merecen constantemente y nunca aprenden y se lo tienen bien merecido.
Tampoco me gustaría que me hablasen de usted, me gustaría que me llamasen profesor y no usen mi nombre de pila, eso me enrabiaría bastante.
Al final de cada tema haría un control, pero el tema me lo darían todo junto a final de trimestre con el global, que este lo haría largo y difícil porque estudien mucho. 

                                          Oriol Gonzàlez 2n ESO A



MAESTRA POR UN DIA


Soñando, soñando, se hizo realidad.
Ese lunes fue especial, no era como otro más.
Me desperté diferente, no parecía yo, era un lunes especial.
Me desperté y como cada día fui al baño a lavarme la cara. Me eché agua en la cara y la cosa es que yo era más alta que el espejo, cosa rara, porque yo soy pequeñita. Pensé que había crecido durante la noche, pero tanto no.

Bajé las escaleras para ir a la cocina a desayunar. Encontré una taza de café y una tostada encima de la mesa pequeña y una nota.
La nota era de mi marido! Yo pensé, no puede ser, yo tengo 15 años pero de repente me empecé a mirar; mi cuerpo era mucho más grande de lo que yo recordaba. Mis manos eran enormes y mis pies también. Tenía el pelo muchísimo más largo de lo que yo recordaba.
Me comí la tostada y me bebí el café y  al final leí la nota.

En la nota ponía: Cariño, que tengas un buen día en la escuela, besos.
Supuse que yo era maestra, como siempre había soñado.
Cogí lo primero que vi en el armario y corriendo me vestí  para poder llegar rápido a la escuela.
Al bajar al garaje encontré un Fiat 500 blanco, el de mis sueños, Las llaves estaban en la guantera, las cogí y empecé a conducir, cosa que me salió sola.

Al llegar a la escuela encontré la sala de profesores, busqué mi taquilla y encontré mi agenda con todo el día planeado.

Tenía clase de inglés, matemáticas, biología, química, física y lengua.
Lo más gracioso es que un alumno se dejó los deberes, así que llegó el momento clave. La hora  de poner la nota en la agenda, me sentía mal por el chico porque le iban a regañar en casa, pero también me sentía bien conmigo misma, era justo.

Al acabar la escuela me dirigí al supermercado, después al dentista y finalmente a casa. Pasaron las horas y llegó la hora de ir a dormir.

Todo fue un lunes más de mi vida de adolescente.

                                                                   Laura Solano      2n ESO C 




MAESTRO POR UN DÍA

Me levanté sobre las 8 de la mañana, muy contenta por conocer a los alumnos de sexto de primaria donde haría clase solamente un día, y también muy ilusionada por hacer cosas divertidas en la clase con los niños y niñas.
Yo era una chica joven de 25 años, me gustaban mucho los niños y pasar un día en un colegio diferente me emocionaba.
Llegué, y los alumnos me recibieron muy bien, se preguntaban porque no vino la profesora pero simplemente no vino porque tenía que irse a una reunión y nadie podía substituirla, por eso me llamaron a mí.
Pensé de hacer una clase diferente, no como las de siempre, y así desconectar todos un poco de los estudios. Fui a la clase, acompañada por la directora, ella me presentó y les dijo que venía a hacer una substitución por un día.
Cuando se fue la directora empezamos la clase preguntando como se llamaban cada uno, para conocerlos un poco.
Más tarde pusimos música en el ordenador y proyectada la letra en la pantalla digital, hicimos un karaoke.
Después quisieron jugar a diferentes juegos, fuimos al patio y con música acompañada jugamos al pañuelo, al pilla-pilla, a matar…
Finalmente decidí hacer algo de clase normal, porque si no la directora no me llamaría nunca más para hacer una substitución o para encontrar trabajo en esa escuela siendo maestra en cualquier curso.
Los alumnos muy ilusionados por tenerme ese día, se despidieron con el pensamiento de que querían que volviera otra vez.


                                                                                 Cristina Burgos 2n ESO A  
           

MAESTRA POR UN DIA


Yo si fuese maestra me gustaría ser de plástica , porque creo que es una asignatura divertida donde los alumnos pueden desconectar y descansar un poco de estudiar; aparte es una cosa que puede servir de decoración y en el futuro podría servir para las decoraciones de la casa o piso y también sirve para estimular la creatividad de la persona.

Mi primera clase sería con una pequeña descripción de cómo serían las clases en esta asignatura y enseñaría dibujos de los que aprenderían a hacer en este curso y también advertiros que aunque puedan hablar un poco, que no se pasasen porque también es una asignatura y también hace media en el curso para pasar de éste o no.

También querría saber más de ellos, así que les pediría que por número de

lista y después les diría que dibujasen un dibujo que quisiesen para saber cómo dibujan y qué tipo de dibujo les gusta dibujar y saber como son.

Mientras tanto iría haciendo una demostración del próximo proyecto que haríamos en las próximas clases.

Al final de la clase diría en que proyectos participarían por la escuela y que material tendrían que usar para el próximo dibujo.
                                                                                  Júlia Fontanet 2n ESO A